Reducción de pecho: Logra el tamaño de pecho ideal

Antes de la reducción de pechos es imprescindible realizar un análisis preoperatorio básico. Este procedimiento consiste en análisis de sangre que brindan información importante sobre los parámetros de coagulación, recuentos de células sanguíneas y bioquímica. Si te preguntas cuánto tiempo lleva un análisis, la respuesta es otra. Para pacientes sanos, este análisis se puede realizar hasta 3 meses antes de la cirugía. Sin embargo, si el análisis revela ciertas condiciones médicas subclínicas, como coagulopatía o anemia, es importante corregir estas cuestiones antes de la cirugía. Esta precaución es fundamental porque en situaciones en las que estos síntomas no pueden tratarse, la mamoplastia plantea riesgos sustanciales para la paciente y debe posponerse o cancelarse. Es importante comprender la importancia de esta evaluación preliminar para garantizar la seguridad y el éxito de su procedimiento quirúrgico.

Tras la intervención, la vuelta a la normalidad está en torno a 48- 72 horas. Es recomendable durante este tiempo, y hasta transcurridas unas 3-4 semanas, que la paciente no realice grandes esfuerzos, así como limitarse con el ejercicio físico hasta una completa recuperación. Los resultados en este tipo de intervenciones no son inmediatos. Podrán verse a los meses posteriores a la intervención. Aproximadamente, a partir de los 6 a los 7 meses, las mamas tendrán una forma definitiva. Este tipo de operación deja unas cicatrices permanentes, aunque con el paso del tiempo se irán desapareciendo. La cicatrización dirigida reduce riesgo de queloides y cicatrices hipertróficas. La sensibilidad del complejo areola-pezón se puede conservar. Durante las primeras semanas, la sensibilidad se verá reducida, normalmente de forma temporal. En ocasiones, esta insensibilidad puede ser permanente.