Reconducir los malos hábitos alimentarios

Los tratamientos para el sobrepeso son mucho más que una intervención. En el proceso para conseguir un peso ideal y un cuerpo sano, más allá de realizar una endomanga, un balón intragástrico o una cirugía bariátrica, se debe realizar una reconducción de los hábitos alimentarios y conseguir un estilo de vida más saludable.

Más allá de adelgazar, lo importante es sentirte cómodo y bien. Por eso, en Clínica EGOS nuestros tratamientos para el sobrepeso van más allá de una intervención y cuentan con un seguimiento por parte de médicos, psicólogos y nutricionistas.

Seguimiento de los tratamientos para el sobrepeso

Los tratamientos para la obesidad cómo la endomanga o el balón instragástrico van acompañados de un programa multidisciplinar donde intervienen médicos, nutricionistas y psicólogos para conseguir una pérdida de peso óptima y evitar el efecto rebote. Para conseguirlo se trabaja para realizar un cambio en los hábitos alimenticios, un estilo de vida saludable, i, sobre todo, la prevención de la recaída, consiguiendo un buen mantenimiento.

Dependiendo de la intervención, el tratamiento tendrá una duración u otra. En el caso del balón gástrico de 6 meses, el programa tiene una duración de 18 meses desde el momento en que colocamos el balón. En el caso del balón de 12 meses, la endomanga y la cirugía bariátrica, la duración es de 24 meses desde el momento inicial.

¿Qué conductas se reconducen con los tratamientos para el sobrepeso?

En el seguimiento de los tratamientos para el sobrepeso, lo que intentamos reconducir son los malos hábitos alimentarios y conductas que nos impiden conseguir nuestro peso ideal.

Una de las principales conductas que se deben reconducir es que los pacientes no canalicen sus emociones o angustias con la conducta alimenticia. En nuestros tratamientos para el sobrepeso, nos aseguramos de que no se hagan atracones, picoteos o comidas nocturnas. Es decir, los pacientes, no solo aprenderán a comer, sino que también trataremos trastornos de conducta alimenticia de aquellos pacientes que en obesidad pueden presentar cómo trastornos por atracón (Binge Eating Disorder) i el síndrome de ingesta nocturna (Night Eating Disorder)

Diferencias entre el hambre física y hambre psicológica

Una de las principales cosas que se deben aprender durante los tratamientos para el sobrepeso es la diferencia entre hambre física y hambre psicológica.

• Hambre física es el hambre innata y necesaria para vivir, cuando tenemos la necesidad de comer porque el cuerpo necesita reponer nutrientes. El hambre física viene acompañada de señales fisiológicas como el sonido de las tripas, salivación, sensación de vacío en el estómago…
• El hambre psicológica es un hambre condicionada por el estado emocional. Este tipo de hambre nace ante una emoción que puede ser positiva o negativa y decidimos compensarla con algún tipo de alimento.

Cómo reconocer el hambre psicológica

En los tratamientos para el sobrepeso intentamos enseñar a diferenciar estos dos tipos de hambre, ya que el hambre psicológica es lo que tenemos que aprender a controlar. El hambre física viene acompañada de señales fisiológicas y, estamos dispuestos a comer el menú que tenemos.

En el caso del hambre psicológica es cuando queremos comer alimentos seleccionados (dulces, salados, …) Generalmente, con el hambre psicológica buscamos una saciedad inmediata y muy intensa. Para entender cuando estamos ante psicológica podemos poner este ejemplo: Si cuando vas a comer te preguntas “¿Qué quiero comer? ¿Manzana o un croissant de chocolate?” Seguro que es hambre psicológica.

Este tipo de hambre va asociada a estados emocionales como, por ejemplo: después de tener un mal día, cuando tenemos mucho estrés, ante una preocupación, cuando estamos nerviosos…

Evitar el efecto rebote | Tratamientos para el sobrepeso

Además de controlar tus malos hábitos alimentarios y aprender las diferencias entre hambre psicológica y hambre física, en los tratamientos para el sobrepeso, es importante evitar el efecto rebote. Para intentar evitarlo lo más importante es:

• No saltarse ninguna comida principal del día (desayuno, tentempié de media mañana, comida, merienda y cena)
• No tener alimentos prohibidos. Se puede comer de todo, pero siempre con control.
• No hacer dietas restrictivas o miraculosas.
• No dejar de tener buenos hábitos físicos (ir a caminar, ir al gimnasio, tener un estilo de vida no sedentario).
• No bajar la guardia.